"Los hidratos de carbono engordan"
Pensar que es lo primero que hay que eliminar cuando se intenta perder peso son los hidratos de carbono (pan, galletitas, arroz, harinas, pastas, legumbres, etc), es un gran error. Los hidratos de carbono, son la principal fuente de energía del organismo. Cuando no se ingieren en cantidad suficiente, el organismo usa otras fuentes de energía (proteínas y grasas) pudiendo provocar efectos perjudiciales a distintos niveles.
Este es el grave error de las dietas CETOGÉNICAS
"El agua durante la comida engorda"
El agua no tiene calorías y por tanto no engorda. Debe ingerirse en la cantidad suficiente y, si se toma antes o durante las comidas, provoca saciedad.
"La fruta después de comer engorda"
La fruta, al igual que el resto de alimentos, aporta las mismas calorías si se come antes o después de comer. A nuestro favor, si se come antes, produce saciedad por su aporte de fibra.
"Los alimentos light adelgazan"
No hay alimentos que adelgacen por sí mismos y las denominaciones light, “sin azúcar añadido”, “bajo en grasa” o similares, no implican necesariamente que sean adelgazantes, aunque su aporte de calorías sea generalmente inferior que las versiones comunes. Al igual que los alimentos convencionales, hay que consumirlos con moderación y al sustituir un alimento por su versión light, algunas personas aumentan erróneamente la cantidad que consumen.
"Las vitaminas engordan"
No aportan calorías y no contribuyen al aumento de peso.
"La sal engorda"
La sal no engorda, aunque puede ser perjudicial por un aumento de la presión arterial. En ciertas personas el exceso de sal no puede eliminarse adecuadamente, provocando un aumento en la retención de líquidos con el consiguiente aumento de peso (por acumulación de líquidos, no de grasa).
"Los alimentos integrales no engordan"
La diferencia de calorías entre un alimento con fibra (integral) y otro sin fibra es insignificante, de manera que engordan prácticamente lo mismo. Los alimentos integrales y los ricos en fibra contribuyen a aumentar la sensación de saciedad, favoreciendo un menor consumo de calorías. Como inconveniente, al no ser digerida, en ocasiones la fibra puede fermentar en el intestino grueso produciendo gases.
"El aceite de oliva no engorda"
Aunque el aceite de oliva es más saludable por otros motivos, todos los aceites (oliva, girasol, maíz…) tanto crudos como cocinados, engordan lo mismo.
"El exceso de peso es por retención de líquidos"
Tanto el sobrepeso como la obesidad se caracterizan por un exceso de grasa corporal, no de agua. Por tanto, el uso indiscriminado de diuréticos, sin un asesoramiento profesional, no es adecuado para perder peso y constituye un riesgo para la salud.
"Los nervios engordan"
No son los nervios, sino una ingesta excesiva (habitualmente de alimentos con elevado contenido energético) ocasionada por estados de nerviosismo o ansiedad, lo que produce el aumento de peso, especialmente si esta situación se mantiene en el tiempo.
